El otoño está a la vuelta de la esquina y con ello, las temperaturas vuelven a bajar y nuestras facturas a subir debido al uso de la calefacción. El aislamiento térmico es una de las herramientas más eficaces de la construcción sostenible para no depender de la calefacción y en definitiva para ahorrar energía, reduciendo hasta un 30% la factura de luz.
Recordarte que el porcentaje de ahorro dependerá en gran medida del espesor que consigamos en la capa aislante, donde éste es mucho mayor en las casas pasivas.
A continuación, te presentamos una guía de materiales que conseguirán un correcto aislamiento completo ya que cumplen con las cuatro características clave que debe tener un buen aislante.
- Baja conductividad y alta resistencia térmica
- Aislamiento acústico
- Alta resistencia al calor
- Estanqueidad al aire
Poliuretano
Empezamos con un gran protagonista en este ámbito ya que el poliuretano destaca por su gran durabilidad y bajo impacto medioambiental, ofreciendo un aislamiento térmico y acústico con impermeabilidad y estanqueidad, lo que demuestra un comportamiento muy efectivo evitando perdidas de calor en las viviendas. ¡Además no requiere de mantenimiento!
Su uso es muy versátil, al tratarse de una espuma ligera de una sola capa sin juntas ni solapes, puede usarte tanto en techos, suelos, ventanas, paneles y en zonas de difícil geometría.
A día de hoy se considerada la mejor opción en aislamiento térmico disponible en el mercado.
Yeso laminado
Nuestro segundo material seleccionado destaca por su sostenibilidad y se utiliza principalmente en la creación de placas de yeso laminado que tienen una rápida instalación llamadas también como pladur. Éstas eliminan los puentes térmicos que se pueden generar presentando una gran resistencia a los golpes y al calor. Sin olvidarnos de que presentan un acabado muy bonito que puede ser manipulado una vez esté instalado para mejorar su estética.
Poliestireno expandido
Por último, este material ligero de plástico espumado pero muy moldeable, gracias a su composición de aire, ofrece una gran resistencia para aislamientos térmicos y acústicos teniendo muy baja conductividad térmica.
Se emplea también para cubrir puentes térmicos, impide el crecimiento de microoganismos por lo que no se descompone y es resistente a grandes golpes. Además, su huella de carbono es inferior a la de otros materiales y es 100% reciclable.
No lo pienses más y transforma tu hogar en un lugar sostenible, eficaz, energético y que en definitiva, mejore la calidad de tu vida. Te esperamos en KOZO Arquitectura para hacerlo posible, contáctanos.