A la hora de meternos en el mundo de la decoración de interiores, no solo importa que el resultado sea bonito y que cumpla con nuestras expectativas iniciales, sino que también sea funcional, por ello aquí entran en juego elementos prácticos que cumplan ambas cosas, como son las puertas correderas, amadas y odiadas por partes iguales. Pero en este post vamos a hacer que las ames por sus múltiples opciones.
Dónde poner una puerta corredera
Cuando se trata de elegir una estancia concreta donde sí o sí va a quedar bien un elemento de este tipo, solo pensamos en la cocina. Ya se trate de un ambiente pequeño o grande, una puerta corredera va a permitir aprovechar de manera mucho más optima el espacio, por ejemplo, para incluir una mesa de comedor más grande, una barra o incluso añadir más electrodomésticos en la zona que quedaría detrás de una puerta normal.
Otro lugar muy acertado es en habitaciones o dormitorios situados en pasillos estrechos. Colocando una puerta convencional, restaríamos espacio fundamental en la habitación, así con este elemento podemos ganar ese espacio generando una mayor amplitud. Por el otro lado, de cara al pasillo, hacemos que este sea mucho más estético y favorecemos la circulación por él.
Siguiendo con esta regla, en baños o aseos pequeños. Instalar una puerta corredera en este tipo de estancias va a ayudar a que se emplee cada metro cuadrado, ya que apostar por este tipo de puertas va a favorecernos un metro cuadrado libre respecto a una abatible.
Las puertas correderas nos pueden ayudar a conectar espacios que no queremos separar y romper su conexión ya sea por su luz natural o coherencia de unión. En este caso, las puertas correderas con ventanales o espejos serían la mejor opción para no romper esa sensación de armonía.
Por último, las puertas correderas cobran su mayor protagonismo en los armarios, ya que es donde más se emplean actualmente. En los armarios prima su comodidad sobre todo en los que son empotrados, para no entorpecer el paso y ganar amplitud.
Cómo poner una puerta corredera
Lo primordial a la hora de tener en cuenta este tipo de instalación será contar con una pared o muro libre que no tenga ningún tipo de toma, a poder ser lisa. El material que se usa principalmente en las puertas correderas es la madera y esta puede ir pintada o con un acabado predeterminado, mostrando propiedades muy resistentes y aislantes. A gusto del cliente y acorde a sus necesidades, podríamos tratar el tema de la visión de las guías, ya que estas pueden taparse para dar esa sensación de orden y limpieza o dejarlas visibles.
En definitiva, las puertas correderas optimizan el espacio útil de tu hogar, generando mayor dinamismo y ahorrando espacio, muy importante cuando se trata de espacios más pequeños.
Si estás pensando en realizar un cambio en tu hogar y apostar por este tipo de puertas, pero si antes de nada te interesa saber cómo quedarán, cuáles serán las ventajas y cómo podemos sacar el máximo partido a ese espacio, no dudes en ponerte en contacto con KOZO Arquitectura.
