La condición de passivhaus posibilita que tenga un consumo energético “0” prácticamente todo el año. Diseñada sin calefacción consigue reducir hasta en un 80% su gasto energético.
Interiormente, se proyectan espacios muy abiertos, sin apenas divisiones interiores. Estos espacios se articulan por un núcleo central que organiza las estancias. Destaca la doble altura del salón situado en planta baja, desde el cual se contempla el maravilloso tejado de madera que corona la vivienda.
Exteriormente destaca el material protagonista de la zona, conocido como “piedra del país”. La importancia de los tejados de madera característicos del Pirineo se muestra en esta vivienda. Se proyectan unas “costillas” de madera que aparecen exteriormente en planta bajo cubierta para sostener el alero. Estas marcan la secuencia de cerchas interiores, también de madera, sobre las que se apoya el tejado. En el espacio entre costillas se abren los huecos de ventana de forma estratégica hacia las vistas y la orientación sur-este, para captar el aporte energético solar que necesita la casa.
Gracias a la combinación de inteligencias, las tradicionales del medio rural y las nuevas técnicas y experiencias, se consigue la voluntad del proyecto: generar un nuevo espacio de vida, sostenible, integrado en el medio rural y con un impacto positivo en el entorno.